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Ciberespacio: la última frontera. Aquí es donde empieza la nueva misión de los juristas en buscar nuevas formas de ejercicio de los derechos humanos. Afortunadamente, no es una misión de ciencia ficción, sino un desafío real, actual y lleno de oportunidades. Consideramos que es el mejor momento para proponer esta tesis e iniciar un trabajo de investigación sobre la dinámica del derecho en la era de las nuevas tecnologías. La tesis está fundamentada en la investigación de este nuevo espacio donde ha entrado el ser humano, titular de los derechos y libertades fundamentales. Como cualquier entorno nuevo, despierta la curiosidad, la necesidad de explorar, pero también la necesidad de estar seguro. El ser humano está programado genéticamente para proteger su vida, integridad y libertad en cualquier entorno, tanto físico como virtual. La ciberseguridad es un tema nuevo, que empezó a fomentar los debates solo desde 1988. Estados, empresas privadas y especialistas se dieron cuenta rápidamente de la necesidad de regular este campo, incluso adaptando el derecho internacional a las nuevas realidades. Los conflictos, eventos frecuentes en la sociedad humana, han migrado rápidamente del espacio físico al espacio virtual, al igual que las armas. Los virus informáticos, las aplicaciones invasivas y el software de espionaje sustituyen a las armas y herramientas de guerra clásicas. Las medidas de seguridad propuestas e implementadas por las autoridades estatales con responsabilidades en el ámbito de la seguridad nacional, así como por empresas privadas que desarrollan programas para combatir ciberataques, basados en medidas de ciber espionaje o hack-back1, se adaptan a los nuevos desafíos tecnológicos, pero evitan solucionar problemas importantes para el individuo como el respeto a sus derechos fundamentales, cuyo reconocimiento y regulación le han costado años de lucha y fundamentación filosófico-legal. En este contexto, cuando la vida del ciudadano se traslada, cada vez más al espacio virtual con todos sus elementos - banca por internet, telemedicina, información e investigación de fuentes digitales, comercio electrónico, citas virtuales, realidad virtual - se deben proponer medidas para proteger el ciberespacio que pueden ser diseñadas en correlación directa con las medidas de seguridad aplicadas en el entorno offline. Si el entorno offline está claramente determinado, y hay actores con papeles muy claros (estados, territorios administrativos, instituciones con responsabilidades en el campo de la seguridad y protección de los ciudadanos, etc.), el espacio virtual sigue siendo una jungla, sin límites conocidos y con incipientes formas de órganos de control, que deberían proteger a los usuarios vulnerables para no ser víctimas de los manipuladores digitales. En este momento, las Naciones Unidas a través de sus comisiones y grupos de expertos, ha asumido el papel de garante de los derechos humanos en el ciberespacio, interpretando las disposiciones de los tratados internacionales y elaborando recomendaciones, para ciber conflictos y alianzas entre Estados y grandes empresas con control tecnológico sobre Internet, tanto en términos de contenido como de conexiones informáticas. A nivel de la Unión Europea, el papel de las instituciones comunitarias, bien definido en el proceso de desarrollo y aplicación de las normas jurídicas, permite diseñar un marco jurídico coherente para la política de ciberseguridad, asegurando un sistema de protección eficaz basado en la cooperación entre los Estados miembros, al mismo tiempo con una protección efectiva de los derechos individuales en el entorno virtual. La tradición democrática de los estados europeos contribuye a la identificación de soluciones viables con respecto a la libertad del ciberespacio y la importancia del individuo en la sociedad. El surgimiento y el fortalecimiento del papel de ENISA en la política europea de ciberseguridad, ofrece la ventaja de estandarizar, centralizar y explotar de manera coherente los datos comunicados por los Estados miembros con el fin de desarrollar normativas bien fundamentadas. Asimismo, esta tesis estudia algunas categorías de derechos fundamentales para descubrir la forma en que se ven influenciados por la nueva realidad de la vida cotidiana. El entorno en el que se ha estudiado y conceptualizado estos derechos a lo largo de la historia, hasta la confirmación en diversos instrumentos de derecho internacional, ha cambiado profundamente. Las amenazas comienzan a ser diversas, y para los juristas no especializados en informática, es un gran reto identificar las brechas en los mecanismos informáticos que garanticen y protejan los derechos fundamentales cuando el individuo actúa en el entorno online. Es posible que la generación de juristas nativos digitales se haga cargo del trabajo de los juristas adaptados digitalmente y sea capaz de construir un sistema legal aplicable a este nuevo entorno de vida del individuo. Esto será posible solo dentro de 10 años, cuando la nueva generación creada en la era de las nuevas tecnologías, posea la capacidad de analizar y proponer soluciones legales. La investigación se centra en el derecho a la privacidad y los elementos que lo componen, siendo considerado como uno de los derechos fundamentales más vulnerables en el entorno online. Los derechos derivados, como el derecho al nombre, la identidad, el honor, la dignidad y la integridad física se están transformando y adquiriendo nuevos valores en la era de las nuevas tecnologías. Algunos de estos derechos se transforman, se trasladan al ciberespacio, se adhieren al ser virtual y se convierten en derechos digitales, propios del nuevo entorno social. En el contenido de la tesis se desarrolló un capítulo dedicado a esta nueva categoría de derechos en el que se intenta establecer sus contenidos y las formas de manifestación. Con respecto a los mecanismos necesarios para garantizar el ejercicio de los derechos y libertades fundamentales, el trabajo analiza los distintos niveles de protección: desde el nivel supranacional (internacional), hasta el regional y nacional, específico de cada Estado. Los mecanismos institucionales y jurisdiccionales están organizados en gran medida de acuerdo con las mismas reglas, guiándose por las regulaciones internacionales sobre derechos humanos, en particular, continuando con las regulaciones a nivel regional y estatal. En el nuevo contexto tecnológico, es necesario revisar dichos mecanismos para que mantengan la misma eficiencia deseada en el momento de su creación. Un punto importante de la investigación consiste en el análisis de las restricciones aplicadas a los derechos humanos bajo el imperio de la Ley. Sin referirse a las injerencias ilegales, sino analizamos la injerencia permitida por la ley, especialmente en nombre de la seguridad colectiva. Seguidamente, se muestran los debates y análisis destinados a establecer el punto de equilibrio entre la importancia de un derecho fundamental u otro. Tanto el derecho a la vida privada como el derecho a la seguridad se consideran fundamentales, pero no absolutos. Desde esta perspectiva, se deben establecer límites claros para que la protección de uno no afecte la integridad del otro. Los Estados a veces imponen medidas excesivamente restrictivas del derecho a la privacidad en nombre de la seguridad nacional, y el ciberespacio es el entorno adecuado para tales prácticas. Cualquier práctica de este tipo, situada a uno de los dos extremos, ya sea muy invasiva en la esfera personal o ineficaz desde una perspectiva de seguridad, debe ser reevaluada y relacionada con los derechos humanos, tanto desde una perspectiva individual como colectiva. Por ejemplo, el derecho a la vida privada o el derecho a la seguridad del ser humano puede, dentro de límites razonables, restringir el derecho de otra persona a expresarse o manifestar ciertas necesidades mentales en el espacio digital. Teniendo en cuenta los objetivos propuestos al principio, aplicando los métodos de investigación correspondientes y analizando la literatura, el marco normativo vigente y la jurisprudencia en derechos humanos, esta tesis identifica y enfatiza la interacción entre los derechos humanos fundamentales y los efectos sociales de las nuevas tecnologías, incluyendo las consecuencias sobre los derechos conexos. En este contexto particularmente dinámico, el mayor desafío para la nueva generación de juristas será adaptar el marco legal actual, a las nuevas realidades del mundo digital. Dado que las normas de derecho que rigen nuestra vida cotidiana han evolucionado lentamente y durante un largo período de tiempo, la rápida evolución tecnológica y la migración del individuo al espacio virtual requieren una urgente adaptación del marco legal a las nuevas realidades para que la Ley pueda mantener su misión de guardián del bienestar público. Además, esta nueva pandemia, origina y causa inciertos ampliamente cuestionado en el entorno online, ha provocado una restricción en masa de los derechos humanos similar a la última guerra mundial. Se ha restringido el derecho a la: libertad de circulación, manifestación, reunión, expresión, educación, trabajo e incluso el derecho a buscar la felicidad. Por la limitación de estos derechos la gente, por temor al enemigo invisible e incomprendido, aceptó sin oposición la mayor parte todas estas injerencias de las autoridades en su vida privada y en el conjunto de sus libertades fundamentales. Solo pequeños grupos de activistas continúan luchando por defender sus derechos fundamentales. No sabemos si este evento global llamado pandemia COVID 19 reescribirá la historia de los derechos fundamentales, pero es cierto que su impacto en el ámbito de las libertades individuales ha tenido un efecto muy fuerte e inquietante con respecto a otra transformación, incluida la revolución tecnológica. En estas condiciones, nos queda una única opción o desafío: defender al individuo, con todos sus atributos, en una sociedad dinámica, caracterizada por transformaciones atípicas.
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