La dactiloscopia es un método de identificación personal que, a partir del s. XIX fue estudiado por distintos autores como FAULDS, HERSCHEL, GALTON, VUCETICH… pero hasta principios del s. XX, ningún hecho criminal fue resulto gracias a la dactiloscopia. Hoy en día, la dactiloscopia y las huellas dactilares tienen una importancia fundamental en la resolución de los delitos, ya que, gracias a las características generales que éstas presentan (inmutables, genéricas, permanentes, infalsificables…) y las minucias o puntos característicos que individualizan y particularizan cada una de ellas, es posible llegar a afirmar que, un dactilograma encontrado en la escena del delito, se corresponde con el dibujo formado por las crestas papilares de una determinada persona. Para lograr afirmar ello, se han desarrollado y se siguen desarrollando todo tipo de métodos de revelado para las huellas latentes, o se han desarrollado programas como el SAID o el AFIS en donde almacenar y guardar dichas huellas. Ya que, tal y como enunció E. LOCARD en su principio de transferencia o intercambio, “siempre que dos objetos entran en contacto transfieren parte del material que incorporan al otro objeto”, siendo hoy, dicho principio, la base de la actuación de la Policía Científica y/o del grupo de Criminalística en la realización de la Inspección Ocular Técnico Policial, no sólo en España sino que a nivel mundial.
Autoría: Taberner Arroyo P. Graduada en Derecho y Criminología por la Universitat de València
Enlace: https://www.uv.es/gicf/3R1_Taberner_GICF_54.pdf
Derechos: Deed - Attribution-NonCommercial 4.0 International - Creative Commons
Autoría: Taberner Arroyo P. Graduada en Derecho y Criminología por la Universitat de València
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