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El ciberbullying o acoso juvenil a través de Internet: un análisis empírico a través del modelo del Triple Riesgo Delictivo (TRD)
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<blockquote data-quote="Admin" data-source="post: 449" data-attributes="member: 1"><p style="text-align: justify">Los problemas de los jóvenes en el ciberespacio son múltiples y variados. Especial interés requieren las conductas antisociales generales online, el fenómeno de sexting y el de ciberbullying. A través de esta investigación, con una muestra de 297 escolares de Educación Secundaria de Institutos Públicos de la Comunidad de Madrid, se pone de manifiesto que existe un 5,1% de agresores y un 10,3% de víctimas en un total de 8 conductas de ciberbullying en el último año. Además se halla que la conducta antisocial en general, es decir, dirigida contra cualquier persona en el ciberespacio, se concreta en el envío de rumores, cotilleos o bromas pesadas (23,9%) o la difusión de secretos (12,6%); los comportamientos de sexting en los que se solicita la fotografía íntima de otra persona suponen el 10,1% y el envío de fotografías íntimas propias por solicitud de terceros en el 16,7% del total de la muestra analizada. Se puede observar que las conductas menos graves (conducta antisocial online en general) son las que se producen en mayor medida, mientras que las menos frecuentes son las más graves: las conductas de ciberbullying, donde los rasgos característicos es que se produzca en el contexto escolar, que sean frecuentes y en las que exista una desproporción de poder entre agresores y víctimas, en las que se busca la exclusión de las víctimas, incluso del ámbito offline. Asimismo no se encuentran diferencias estadísticamente significativas en cuanto al sexo de los implicados o el curso en el que se producen las conductas de acoso. Sí se observa en un primer momento, una alta correlación entre las 16 conductas de agresión y victimización por ciberbullying, con un índice correlacional de .93. De igual forma, mediante la aplicación de los principales postulados del modelo del Triple Riesgo Delictivo (TRD), se trata de llegar a un modelo explicativo del ciberbullying, donde los factores de riesgo del grupo de agresores (el 26,7% de la muestra) se dividen en: a) personales: baja autoestima y alta impulsividad; b) carencias de apoyo prosocial: percepción de falta de apoyo por parte del profesorado; y c) oportunidades delictivas: precipitadores situacionales o percepción de la facilidad de agresión en el ciberespacio. Por último el modelo estadístico que reúne todas las variables de riesgo indica que la alta impulsividad y la existencia de precipitadores situacionales es capaz de explicar hasta un 30% de la varianza de la conducta de ciberbullying. Entre las principales conclusiones se encuentra que las conductas de agresión en el ciberespacio son variadas y diferentes a las del ámbito offline, porque operan diferentes factores de riesgo en cada una de ellas. De igual forma, uno de los principales factores de riesgo para el ciberbullying es la percepción de los agresores de la falta de apoyo por parte del profesorado, por lo que se pone de manifiesto la importancia de esta figura en la prevención del ciberbullying. Junto a este riesgo interactúan los riesgos personales de baja autoestima y alta impulsividad, y los riesgos de oportunidades delictivas en el ciberespacio relativos a la percepción de la facilidad de la agresión en el ciberespacio (precipitadores situacionales). Las implicaciones de este estudio se concretan en que se debe contar con los factores de riesgo que se detectan en esta investigación en los programas preventivos para hacer frente al problema de ciberbullying, así como poner el énfasis en la importancia del apoyo que puedan brindar los adultos a los jóvenes en la prevención del ciberbullying, y más en concreto los profesores.</p> <p style="text-align: justify"></p> <p style="text-align: justify">Enlace: <a href="https://www.tdx.cat/handle/10803/384709#page=1" target="_blank">https://www.tdx.cat/handle/10803/384709#page=1</a></p> <p style="text-align: justify"></p> <p style="text-align: justify">Derechos: <a href="http://creativecommons.org/licenses/by/3.0/es/" target="_blank">http://creativecommons.org/licenses/by/3.0/es/</a></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Admin, post: 449, member: 1"] [JUSTIFY]Los problemas de los jóvenes en el ciberespacio son múltiples y variados. Especial interés requieren las conductas antisociales generales online, el fenómeno de sexting y el de ciberbullying. A través de esta investigación, con una muestra de 297 escolares de Educación Secundaria de Institutos Públicos de la Comunidad de Madrid, se pone de manifiesto que existe un 5,1% de agresores y un 10,3% de víctimas en un total de 8 conductas de ciberbullying en el último año. Además se halla que la conducta antisocial en general, es decir, dirigida contra cualquier persona en el ciberespacio, se concreta en el envío de rumores, cotilleos o bromas pesadas (23,9%) o la difusión de secretos (12,6%); los comportamientos de sexting en los que se solicita la fotografía íntima de otra persona suponen el 10,1% y el envío de fotografías íntimas propias por solicitud de terceros en el 16,7% del total de la muestra analizada. Se puede observar que las conductas menos graves (conducta antisocial online en general) son las que se producen en mayor medida, mientras que las menos frecuentes son las más graves: las conductas de ciberbullying, donde los rasgos característicos es que se produzca en el contexto escolar, que sean frecuentes y en las que exista una desproporción de poder entre agresores y víctimas, en las que se busca la exclusión de las víctimas, incluso del ámbito offline. Asimismo no se encuentran diferencias estadísticamente significativas en cuanto al sexo de los implicados o el curso en el que se producen las conductas de acoso. Sí se observa en un primer momento, una alta correlación entre las 16 conductas de agresión y victimización por ciberbullying, con un índice correlacional de .93. De igual forma, mediante la aplicación de los principales postulados del modelo del Triple Riesgo Delictivo (TRD), se trata de llegar a un modelo explicativo del ciberbullying, donde los factores de riesgo del grupo de agresores (el 26,7% de la muestra) se dividen en: a) personales: baja autoestima y alta impulsividad; b) carencias de apoyo prosocial: percepción de falta de apoyo por parte del profesorado; y c) oportunidades delictivas: precipitadores situacionales o percepción de la facilidad de agresión en el ciberespacio. Por último el modelo estadístico que reúne todas las variables de riesgo indica que la alta impulsividad y la existencia de precipitadores situacionales es capaz de explicar hasta un 30% de la varianza de la conducta de ciberbullying. Entre las principales conclusiones se encuentra que las conductas de agresión en el ciberespacio son variadas y diferentes a las del ámbito offline, porque operan diferentes factores de riesgo en cada una de ellas. De igual forma, uno de los principales factores de riesgo para el ciberbullying es la percepción de los agresores de la falta de apoyo por parte del profesorado, por lo que se pone de manifiesto la importancia de esta figura en la prevención del ciberbullying. Junto a este riesgo interactúan los riesgos personales de baja autoestima y alta impulsividad, y los riesgos de oportunidades delictivas en el ciberespacio relativos a la percepción de la facilidad de la agresión en el ciberespacio (precipitadores situacionales). Las implicaciones de este estudio se concretan en que se debe contar con los factores de riesgo que se detectan en esta investigación en los programas preventivos para hacer frente al problema de ciberbullying, así como poner el énfasis en la importancia del apoyo que puedan brindar los adultos a los jóvenes en la prevención del ciberbullying, y más en concreto los profesores. Enlace: [URL]https://www.tdx.cat/handle/10803/384709#page=1[/URL] Derechos: [URL]http://creativecommons.org/licenses/by/3.0/es/[/URL][/JUSTIFY] [/QUOTE]
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